viernes, 14 de agosto de 2015

Xavier García Albiol, la xenofobia por bandera

Que vivimos en tiempos de agitación tanto a nivel político, económico y social lo sabemos todos. Precisamente como fruto inexorable de ello, la confianza del ciudadano en la política se ha ido viendo cada vez más debilitada debido principalmente a la falta de respuestas efectivas de los gobernantes para paliar los problemas derivados de la sangrante crisis económica que desde hace ya varios años nos viene azotando con crueldad. Sin embargo, más allá de las ya consabidas dificultades económicas que atraviesan tanto España como la mayoría de países en mayor o en menor densidad, destaca por otro lado las revueltas urbanas de carácter racista que cada vez proliferan con mayor asiduidad y violencia en más lugares en los que sectores radicales o bien pandas extremistas atentan con fuerza ante la integridad de civiles de color como en EEUU (donde el capitalismo día a día muestra su cara más oscura) o en otras zonas donde el racismo se consideraba excluido, como Grecia o Francia, donde un alto número de inmigrantes ha denunciado el trato vejatorio sufrido en el puerto de Calais por parte de las autoridades de la zona previo paso al Canal de La Mancha. Precisamente en el país galo, el fuerte apoyo al partido de extrema derecha Frente Nacional presidido por Marine Le Pen, siendo una de sus principales características las fuertes medidas disuasorias contra la llegada de inmigrantes, parece dar a entender que actualmente un enorme sector de los ciudadanos de a pie culpan a los inmigrantes (principalmente procedentes de África y otros sectores de la Europa del Este) de ser claros agravantes de la crisis económica de su respectivo país, y con el apoyo a dichos organismos dan a entender que lo que esperan de dichos partidos y de sus líderes es la lucha contra la propia inmigración y ante los migrados.

He aquí uno de los principales síntomas sociales provocados por esta nueva "Gran Depresión" que deconstruye la perfección con la que imaginábamos a nuestro esperado S. XXI. Como diría un buen amigo mío, el capitalismo acaba por generar odio, y precisamente fruto de ese odio surge este nuevo repunte de un racismo de carácter violento y extremadamente primitivo, que principalmente debido a los numerosos errores cometidos en el pasado, quizás la gran mayoría esperaba que no volviera a resurgir nunca jamás.

Y como en España nunca podemos ser menos que en otro lugar y caracterizados por la particular "idiosincrasia" que nos acompaña desde hace siglos, a esta nueva moda de políticos racistas de la calaña de la ya mencionada Marine Le Pen o Donald Trump, en nuestro país también tenemos a un particular hidalgo que combatirá día tras noche contra los insurrectos inmigrantes a los que no solo acusa de robar el pan que a él como buen español le correspondería, sino que además lleva a cabo una enorme campaña de desagravios bajo los que esconde profundas y latentes vejaciones hacia el pueblo rumano y gitano.

El individuo en cuestión resulta ser Xavier Garcia Albiol, un tipo de algo más de 2 metros de estatura que no solo lleva a cabo una campaña acusada por muchos de violar los Derechos Humanos, sino de la que él mismo se jacta y se enorgullece. Perteneciente al ala más dura y conservadora del Partido Popular, una agrupación que como todo el mundo sabe da cobijo tanto a los derechillas más progres (véase el intento de Ciudadanos por dar pie a esta teoría) como a fascistas medianamente encubiertos (véanse Fraga o Aznar). Durante su mandato, la alcaldía de Badalona ha sido llevada por un tipo capaz de soltar perlas como "aquí no tenemos campamentos de gitanos, aquí es peor: están en los barrios" o su ya famosa "una plaga que solo ha venido a delinquir" con la que definió bajo su criterio al pueblo rumano.

Bajo semejante carta de presentación a cualquier hijo de vecino se le ocurre preguntarse que quién podría ser capaz de votar a semejante individuo, aunque las respuestas se vislumbran de manera más clara si atendemos que la ciudad de Badalona es una de las más afectadas de España por delitos relacionados con la población inmigrante de la zona, y debido a ello este curioso personaje no solo ha logrado grajearse la simpatía de sus votantes, sino que también consiguió vencer en las elecciones a la alcaldía de la ciudad en
2011. Por tanto, tildar como oportunista su discurso no solo sería quedarse corto, sino que además habría que incidir antes en lo rastrero de fomentar un discurso político bajo la capa de la agitación racial más primitiva y hortera que se recuerde en mucho tiempo en nuestro país, llamando al odio, a la incomprensión y al rechazo en definitiva, en lugar de buscar alternativas reales para paliar los problemas sociales derivados de los sectores inmigrantes a los que llama “plaga”.

Más allá de dicho oportunismo, bajo su gestión destacan también ciertas medidas de carácter popular como el no apoyo a la independencia de Cataluña llamando a filas a todos aquellos catalanes que no deseen dejar de pertenecer a España como parte del Estado soberano, o la estimable campaña en la que pidió la colaboración de dos supermercados de la ciudad a fin de rebajar el 50% del precio de los alimentos cuya fecha de caducidad se encontraba cercana. Todo ello da a entender que García Albiol es todo un personaje hecho a sí mismo, seguro del discurso con el que pretende “conquistar los corazones de su hinchada” y que promete resultados efectivos, a pesar de que muchos de sus opositores compare su forma de hacer política con la de otro líder alemán que gozó de bastante popularidad allá por los años 30 y 40. Un tipo cuanto menos singular cuyo éxito vino fraguando desde 2005, cuando contrató los servicios de Iván Redondo, un consultor político especialista en lograr que sus clientes se conviertan en ganadores y que portando en su currículum nombres tan ilustres como García Albiol, Antonio Basagoiti o José Antonio Monago ha alcanzado una reconocida a fama a nivel internacional.

Sin embargo, con todo esto quisiera llamar a filas a todos los que hayan leído este artículo y quisiera que se preguntaran ¿es esta la sociedad que queremos? ¿De verdad el ejemplo de mandriles de semejante calibre es el que ustedes pretenden inculcarles a sus hijos? ¿En serio tipos como García Albiol merecen ser candidatos a la Presidencia de Cataluña por el PP, como ha sido nombrado recientemente? Si muchas personas respondieran afirmativamente a todo esto como parece ser, a los escépticos ante individuos de esta calaña no nos queda más que temer y reforzarnos bien, porque si un partido político de carácter mayoritario como el PP confía en un candidato cuya gran parte de la base de su discurso es cargantemente fascista, y además cuenta con un enorme respaldo por detrás, ¿qué nos quedará ya por ver? Las respuestas, desgraciadamente, dentro de muy poco.

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